El segundo domingo del mes de
mayo se celebra en casi todo el mundo el Día de la Madre, una fecha muy
importante para todos, donde se rinde un
homenaje a las mujeres que tienen hijos, sin embargo esta importante fecha se
convirtió en el Perú en una segunda navidad, porque todas las entidades
públicas y privadas vuelven a comprar las famosas canastas de víveres, para
regalar a las madres en esa ocasión especial.
Los ramos de flores de color
rojo están quedando en algunos casos en el olvido, ya que la mayoría de
personas salen a comprar las canastas de víveres que son idénticas a las que se
regalan en navidad a todos los empleados públicos y privados, sin embargo el
regalo de las madres se convierte en un kilo de arroz y de azúcar, un litro de
aceite, un tarro de leche, fideos, gaseosa
y conservas de pescado. Lo malo es que esos productos son para toda la
familia y las madres no tienen un verdadero regalo por su día.
En los centros de abasto de
Tarapoto se puede encontrar canasta de víveres para esta ocasión, los precios
fluctúan entre 25 y 80 nuevos soles, de acuerdo a lo solicitado por los
clientes, los trabajadores de las entidades públicas compran estos productos
por un valor de 40 nuevos soles, cuando ese dinero puede ser empleado para
comprar una blusa o algo que puede ser usado por las madres.
Hace más de 20 años, se
acostumbraba colocarse en el pecho una flor roja para los que tienen una madre
viva y una flor blanca para los que tienen a sus progenitoras fallecidas, esta
costumbre se está perdiendo, porque todo es comercial, a esto se suma que los
hombres toman todo el día como si ellos fueran los homenajeados, mientras que
sus madres pasan el día cocinando y atendido a los que los visitan.
Creemos que el mejor Día de la
Madre sería brindarle un merecido homenaje a esa mujer que trabaja día y noche
para sacar adelante a sus hijos, donde ella pueda disfrutar ese domingo rodeado
de sus seres queridos y disfrutando de un regalo que le sirva por muchos años o
algo que siempre anhelaba tener para verse más hermosa, y no tener que pensar
que debería cocina con la famosa canasta de víveres.
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